1. Mantén la información sensible en privado.
Cuanta más información sensible difundas sobre ti, especialmente las imágenes comprometidas más vulnerable serás. Recuerda que no se tiene control sobre lo que se pública a través de Internet y que alguien podría utilizarlo en el futuro para perjudicarte.
2. Cómo actuar ante un episodio de ciberacoso.
Por lo general se recomienda no responder a la provocación para romper la dinámica del
acoso; los agresores simplemente tratan de llamar la atención para ganar status. Si ignorar al acosador no funciona puedes probar a comunicar la situación al agresor y decirle que pare pero para ello es necesario que te sientas preparado para transmitir el mensaje de forma respetuosa y firme, no de manera enojada o agresiva.
3. Habla sobre ello.
Al principio puede que pienses que puedes arreglártelas tu solo o que decírselo a alguien no solucionara nada, pero hablar sobre el problema te resultará de gran ayuda. No esperes a sentirte realmente mal, busca alguien en quien confíes y si este no parece entenderte prueba con otro.
4. Cuando solicitar ayuda.
Cuando consideres que un comportamiento ha superado el límite -te sientes amenazado física o emocionalmente- es hora de buscar la ayuda de adultos.
5. Anímate a hacer nuevos amigos.
Los acosadores no suelen dirigir sus ataques hacía los que perciben que están bien apoyados socialmente. Si tienes amigos que te muestran su apoyo, es probable que la intimidación se vaya.
6. Bloquea al acosador y denuncia los contenidos abusivos.
La mayoría de servicios en la red (redes sociales, mensajería instantánea, foros, etc.) permiten bloquear a los usuarios que se comportan de forma inapropiada (insultan, amenazan). De igual modo se pueden denunciar contenidos que resulten ofensivos.
7. Guarda las evidencias.
Es recomendable guardar los mensajes, capturas de pantalla y otras evidencias del acoso por si son necesarios en un futuro para denunciarlo ante tus padres, colegio o policía.
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